Les dieron doce días para borrar todas las pruebas
La verdad es que me encantan las series de televisión sobre casos policiales y hace años que me veo capítulos enteros de varias de ellas. Aunque estoy pensando en desistir de hacerlo porque nuestra realidad las supera con creces. Tal vez jueces, peritos, abogados y hasta testigos, hacen cosas que parecen salidas de la mejor producción de Hollywood.
Lo peor es que suponen que los ciudadanos no nos damos cuenta de los horrores que se cometen involuntariamente o con muy malas intenciones. Si repasamos el caso de Santiago Maldonado veremos cómo pasamos de una ejecución a manos de la Gendarmería, a una sangrienta persecución; de ver cómo se lo llevaron en una camioneta a testigos que juraron ver cuando en gendarme lo hirió y los aborígenes se lo llevaron a su "tierra sagrada".
Mucho tiempo después (en las series que yo veo todo se resuelve en pocos días con absoluta precisión) un montón de peritos determinaron que el muchacho murió ahogado porque se metió en un río frío y con mucha corriente y no sabía nadar. Mientras tanto una tormenta política se desató en torno al tema. Ahora pasemos al caso de la muerte del joven mapuche Rafael Nahuel. Hubo una explicación oficial sobre que la Prefectura se vio obligada a defenderse cuando al intentar el desalojo de tierras del Parque Nacional Nahuel Huapi, los ocupas se resistieron con armas de grueso calibre. Por supuesto como siempre sucede la versión oficial genera dudas de quienes ya hicieron un negocio político de estos temas.
La acción de la justicia para investigar lo sucedido no fue instantánea porque el señor juez Gustavo Villanueva tardó doce días en decidir ingresar al territorio nacional controlado por los mapuches y realizar el análisis de la escena del incidente. Los aborígenes se negaban y ni siquiera un juez de la nación pudo ingresar al "territorio sagrado" para saber en caliente lo que realmente había sucedido. Doce días después lo que se encontró era previsible, solo casquillos de proyectiles de las armas que usa la Prefectura, de las otras armas ni uno solo. Los otros protagonistas tuvieron todo ese tiempo para "limpiar" el terreno sabiendo que no iban a ser molestados. Incomprensible. Es tan poco serio que hasta el propio gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, dijo que el resultado de la pericia no es objetivo y la relativizó. Ya sabemos cómo sigue, los mapuches ya están otra vez victimizados y una fuerza armada argentina bajo sospecha de represión violenta.
Los abogados ya se frotan las manos a la espera que el señor juez diga lo que ellos esperan. Así no puede funcionar ni la justicia, ni el verdadero y objetivo esclarecimiento de los hechos en los que participan miembros de las fuerzas de seguridad. Qué pasaría si al querer allanar un campamento de la Prefectura o la Gendarmería, alguien dijera que no se puede porque es territorio sagrado. ¿Tardaría el juez doce días en decidir entrar? Mejor vuelvo a las series de televisión.
V. CORDERO
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